¿Por Qué Ha Pasado lo que Ha Pasado en Paris?

Estos días hay un tema que ocupa casi constantemente las portadas de los periódicos y los telenoticias: los recientes acontecimientos de Paris.

Y, en paralelo, hay una pregunta que se repite una y otra vez en la mente de muchas personas: ¿por qué?

¿Por qué ha sucedido una cosa así? ¿Por qué el Universo permite tanto dolor de personas inocentes?

Es un tema delicado, pero creo que es importante tratarlo.

En esta vida, todo pasa por algo. Y este “algo” siempre es el amor.

Aumentar la Compasión en la Tierra

El primer motivo por el que suceden cosas como los recientes atentados de Paris es para aumentar la compasión en la Tierra.

El sentimiento que predomina ahora mismo en la Tierra es la compasión.

No es el único, es verdad. También hay rabia, impotencia, frustración, miedo, etc. Pero por encima de todo sentimos compasión. Sentimos una gran compasión por las personas que han sufrido, y por todos sus seres queridos.

Y, al sentir esta compasión, nos damos cuenta de lo terribles que podemos ser los seres humanos, y del gran dolor que podemos causar.

Y nos damos cuenta de que esto no es lo que queremos. Así no es como queremos vivir.

Al leer esto, quizás piensas: pero yo esto ya lo sabía. Ya sé que no quiero vivir así. Ya sé que podemos causar un gran dolor. Ya sé que yo quiero un planeta en paz. No necesito más sucesos como este para darme cuenta de algo tan obvio.

Y es verdad que muchos ya lo sabemos, pero la cuestión es que no somos las únicas personas del planeta. Cada persona está en un punto diferente de su camino espiritual, y muchas se acaban de dar cuenta ahora. Muchas personas han abierto los ojos por primera vez.

Muchas han llorado por primera vez.

Y también hay otras para las que no ha sido la primera vez, pero sí la más intensa. También lloraron con la caída de las Torres Gemelas y con otros sucesos similares, pero esta vez ha sido distinto. Para muchos ha sido la gota que ha hecho colmar el vaso. Muchos han sentido como su corazón se abría como nunca lo había hecho antes y se llenaba de un grito claro y cristalino: quiero paz en el mundo. Quiero que nadie sufra nunca más. Me da igual si los conozco o no, y si piensan igual que yo o no. No quiero que sufran.

Es la esencia de la parábola del hijo pródigo de la Biblia: muchas personas están abriéndose por primera vez al profundo amor que hay en su corazón.

Muchas personas están volviendo a casa.

Por fin.

Cómo Respondemos ante la Violencia

Como era de esperar, la reacción del gobierno francés ha sido responder a  la violencia con más violencia. Esto es lo que llevamos haciendo los humanos desde hace siglos.

En parte, es triste, pero fíjate en cómo ha reaccionado la gente. Casi nadie está contento con esta respuesta. Casi nadie alza los puños y  grita: “¡sí, démosles su merecido!”

Y aún más importante que esto: no hay grandes manifestaciones clamando un “¡no a la guerra!”. Esto es lo que hacíamos antes, y es también una forma de violencia.

Ahora hacemos algo mucho más suave, pero mucho más poderoso. De forma natural y espontanea, hacemos lo que Gandhi hacía, y lo que Martin Luther King hacía: respondemos con amor.

Encendemos una vela, cantamos una pequeña canción, rezamos en la calma de nuestras casas, compartimos nuestro deseo de paz en Facebook… Cada uno lo hace a su manera, pero la esencia es la misma: ante la oscuridad, no respondemos con más oscuridad.

Ante la oscuridad, mostramos nuestra luz.

Aumentar la Unidad entre las Personas

Por último, lo que ha pasado en Paris ha aumentado mucho la unidad entre las personas. Estamos empezando a sentir con mucha claridad que realmente somos todos uno. Estamos todos juntos en esta aventura.

Por un lado, nos hemos dado cuenta, con más fuerza que nunca, que esto que nos horroriza tanto cuando pasa cerca de nosotros, es el pan de cada día en otros lugares del mundo.

Hay muchas personas que hace tiempo que lo dicen, pero no les hacíamos demasiado caso. Ahora estamos empezando a ver que no podemos seguir mirando hacia otro lado mucho tiempo más…

Y por otro lado, hemos empezado a abrir los ojos respecto al Islam. Durante los últimos años, hemos estado haciendo una asociación casi directa entre Islam y terrorismo. Muchas veces casi sin darnos cuenta. A lo mejor de puertas hacia afuera decíamos que respetábamos a todas las personas independientemente de su religión; pero a la hora de la verdad, cuando veíamos a un musulmán, desconfiábamos.

Esto también ha empezado a cambiar a raíz de lo que ha pasado en Paris. Y lo mejor de todo es que han sido los propios musulmanes los que han tomado la iniciativa. Se han puesto de pie y han dicho claramente: “esto no es el Islam. Esto no es lo que yo soy. El que mata en nombre del Islam, es que no sabe nada de Islam. Y el que cree que el Islam defiende la violencia, es que no se ha tomado la molestia de informarse un poco antes de juzgar.”

Y muchos hemos escuchado.

Porque tienen razón.

Evidentemente, no todo el mundo ha vivido este suceso de la misma manera, ni ha sentido todas estas cosas. Pero en global, se han producido estos cambios en la humanidad como conjunto.

Esto sucede muchas veces cuando hay acontecimientos donde un gran número de personas sufren. Nuestros corazones se llenan de compasión, y nos damos cuenta de las cosas que son realmente importantes.

No sucede siempre, claro. A lo largo de nuestra historia, muchas veces hemos respondido a la violencia con violencia. Y algunas personas aún siguen haciéndolo ahora.

Pero son una minoría.

Actualmente, el 90% de la humanidad quiere vivir en paz.

Y cuando el 90% quiere la paz, significa que la paz está a punto de llegar.

Este es el gran regalo que nos ofrecen las almas que participan en estos sucesos.

Es el mayor regalo que alguien puede ofrecer.

Se llama Amor.