¿Te ha pasado que, a medida que te esfuerzas para ser buena persona y crecer espiritualmente, hay personas de tu entorno que se van alejando de ti? Amigos, familiares, la pareja… Tú estás convencido de que estás mejor, pero algunas personas no lo ven igual, y se apartan de tu lado.
Algunas incluso se enfadan contigo e intentan hacerte daño. Y, por mucho que intentes arreglarlo, solo empeoran las cosas.
Hace unos días recibí un correo de una persona que me comentaba un caso como este, y no es un caso aislado. Es algo bastante habitual, así que he pensado que sería bueno hablar un poco de ello.
El caso es que crecer espiritualmente es positivo, pero también hay que tener cuidado. Evolucionar personalmente implica hacerse más poderoso, y como dicen en una conocida película de superhéroes: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad.”
Las Dos Caras del Crecimiento Espiritual
Cuando una persona crece espiritualmente, su conciencia se expande, la vibración de la energía que emite aumenta y su luz se hace más intensa. Esto, en principio, es bueno. Tener más conciencia, más energía y más luz nos permite actuar de forma más amorosa y sabia.
El problema es que, si las personas que tenemos alrededor no hacen un cambio similar, seguramente se sentirán incómodas con nosotros. La luz, cuando no se está preparado para recibirla, molesta. Cuando una persona con una vibración baja se encuentra con otra que tiene la vibración muy alta, es como si le pusieran un foco en la cara. Y no le gusta.
Entonces, o bien se aparta del foco, o bien lo ataca para intentar apagarlo. Y el foco piensa: ¿por qué me hace esto, si yo solo estoy emitiendo luz y la luz es buena? Pues resulta que, aunque lo hace con buena intención, está molestando a su vecino.
Aprende a Controlar Tu Luz
Si has notado que hay personas que te rechazan o atacan a medida que te vas haciendo más consciente y luminoso, es probable que lo estén haciendo porque se sienten incómodos con tu luz. No están preparados para recibirla, y les molesta.
Cuando esto ocurre, normalmente tenemos la tentación de decir que el problema es suyo: son ellos los que tienen que hacer el esfuerzo de crecer también. Pero, en realidad, un conflicto es siempre cosa de dos, y cada persona debe asumir su responsabilidad. Por nuestra parte, podemos reflexionar sobre qué cosas concretas son las que hacen que estén molestos, y lo más importante de todo: ¿cómo podemos gestionar nuestra luz para que no moleste a nadie?
Debemos tener siempre presente que vivimos en un mundo donde todavía hay oscuridad. Poco a poco va retrocediendo, pero todavía la hay. Y a medida que vamos evolucionando a nivel personal, debemos saber respetar a aquellos que aún no lo han hecho. Hay personas que todavía no están preparadas para salir de la oscuridad. Bien porque no quieren, o bien porque no saben cómo hacerlo. Y debemos respetar su camino.
La mejora manera de utilizar nuestra luz es aprender a graduarla según la situación. La luz no tiene porque ser siempre intensa y brillante, también puede ser cálida y suave, y en cada momento puede ser más adecuada una o la otra. Hay momentos donde podemos dejar que brille con toda su intensidad, y momentos donde es mejor bajarla un poco para que todo el mundo se pueda acercar.
Si aprendes a regular tu luz, tu amor fluirá con mucha más facilidad y mucha más gente podrá disfrutarla.
9 respuestas a «Cómo Crecer Espiritualmente sin Perder a Nadie por el Camino»
Suelo pensar que la persona que me agrede solapadamente,o levanta la voz cuando estamos en grupo tiene un gran problema ya que de ella es el ridículo al comportarse de esa forma….
Tienes razón, Graciela. Las personas que se expresan con violencia tienen un problema a resolver. Y precisamente por esta razón necesitan ayuda y amor.
Ojalá me hubieran enseñado esto antes… ahora ya me apagaron la luz… pero sólo es cuestión de recargar combustible y tomar un cerillo para volver a ser lo que nunca dejé de ser…alguien que da luz.
Dios te bendiga por esta lección
Tu luz nunca se ha apagado y nunca se apagará, Guadalupe. Como mucho puede estar un poco baja, pero apagarse, nunca. Tú misma lo dices: «volver a ser lo que nunca has dejado de ser». Una forma muy bonita de decirlo. Siempre has sido, y siempre serás, alguien que da luz.
Aprender a regular tu luz… Qué interesante!! Explicarás un día cómo?
Saludos!!
Hola Marta! Un placer, y un honor, verte por aquí!
Sobre cómo regular la luz, pues escribiré un artículo sobre ello, sí. No eres la primera que me lo pregunta.
Pero, en terminos generales, la mejora manera es seguir la mejor guía que tenemos: nuestro amor. Hay que intentar dar menos lecciones a los demás, y amarlos más. Tanto si nos gusta lo que hacen como si no.
Un abrazo!
Hola Jan! En tu artículo me siento identificada, no de ahora sino desde muy temprana edad, y no porque me sienta que estoy en posesión de la verdad o que estoy en un nivel superior, al contrario siempre me he sentido excluida y siempre e intentado por todos los medios adaptarme al ritmo de los demás, para no sentirme aislada del resto. Admiro a las personas que de alguna manera están tan integradas en el plano 3D, que me gustaría estar en su misma vibración. ¿Por qué te digo esto? En principio por que eres un extraño, ni tú me conoces ni yo a ti, en segundo por que lo que escribes no me da una solución a la situación que vivo desde muy pequeña y la cuál cada vez es más intensa y descorazonadora, sé que el plan divino es inmutable, por lo que sea lo decidimos así, aunque no me gusta la idea de que tengo que seguir un patrón, desde luego no tengo alternativa, por lo menos en esta realidad matrixiana. Si bajo mi luz, como tu dices, que normalmente lo hago reprimiendo mis comentarios honestos y aplastantes, no crees, que de alguna manera estoy obstaculizando que nuestro amado planeta relantilice su ya tardía transformación??? Si soy de las que siento que hemos necesitado demasiado tiempo en hacer este cambio, yo ya venía para vivir en el cambio, no ha experimentar el rudo proceso. Y sin embargo me veo sumergida en él. Además si soy un ser de luz y he venido a traer luz, como es posible que personas que se suponen trabajan para la luz, nos digan que tenemos que bajar nuestra energía, creo que el ser físico y la mente humana son tan poderosas que mandan hasta en los seres supuestamente espirituales, entiendo que llevamos muchos siglos experimentando esta realidad y que es díficil desprenderse de ella, pero creo humildemente que ya ha llegado la hora. Gracias por ser y estar en mi presente. Namaste.
Hola Ana,
Creo que entiendo lo que me comentas, y ahora me doy cuenta de que quizás no me expliqué bien en el artículo. Espero me disculpes, la verdad es que no es fácil hablar de estos temas sin que haya posibilidad de confusiones.
La idea que quería transmitir en este artículo es la de graduar nuestra luz. No reprimirla en ningún caso, simplemente adaptarla a la situación. La luz no siempre tiene porqué ser brillante e intensa, puede ser algo más suave y cálido, y en muchos casos esto la hace aún más poderosa.
Creo que aprender a regular nuestra luz es precisamente una manera de acelerar este cambio que tantos deseamos, pero es solo mi opinión.
Un abrazo muy fuerte, y gracias por estar aquí.
Jan
PD. No lo sé seguro, porque como tú misma dices no nos conocemos, pero me atrevo a decir que, si estás aquí, es porque tu camino sí es participar en el «rudo proceso de cambio». Si no, no habrías venido. Y me alegro de que lo hayas hecho, te necesitamos!
PD2. Y si te sirve de consuelo, a mi también se me hace pesado que sea tan lento 😉
Cuando puedo llegar a ver cómo mi ego se comunica conmigo entonces puedo ver cómo el ego de los demás se comunica a través de ellos conmigo.
Es así donde tenemos de nuevo una oportunidad para poder aceptar lo que tenemos delante, si lo que tenemos delante es el amor de la persona o su ego reactivo y a partir de ese momento poder regular nuestra propia reacción que viene dada por la comprensión.
Cómo se agradece el poder compartir estos procesos internos con otras personas.
Gracias.